Mi nombre es Natalia, tengo 21 años y soy de Valencia. En estos momentos estoy viviendo la experiencia de Au Pair en Milán, Italia.
Mi experiencia como Au Pair empezó este verano; llevaba tiempo queriendo vivir una experiencia de viajar, aprender un idioma nuevo, salir de mi zona de confort y tener tiempo para mí; ya había escuchado hablar de los Au Pair y encontré por Instagram la compañía de KIDOWE. Fácilmente contacté con ellos y enseguida me informaron e integraron en el mundo Au Pair.
Este verano conocí a la familia con la que actualmente estoy viviendo en Milán durante todo el año. Aunque ellos viven en Italia, el verano lo pasamos en Fuerteventura y un par de semanas de agosto en Lanzarote. La familia tiene dos nenas de 8 y 6 años, Anita y Alissa. La familia me contrató principalmente por la pequeña ya que se trata de una peque con Síndrome de Down muy nerviosa, y su madre necesitaba un poco de ayuda extra.
A medida que se iba desarrollando el verano, poco a poco fui conociendo a la peque y al resto de la familia, sintiéndome cada vez más integrada y cómoda con ellos; en todo momento me hicieron formar parte de ellos como una más y estaban siempre atentos a todas mis necesidades, además de q respetaban mi espacio y tiempo libre.
Fue entonces cuando, tanto sus padres como yo misma, descubrimos que la pequeña Alissa y yo habíamos conectado de una forma especial. Se podría decir que yo aprendí a escucharla y entenderla de una manera que hasta ahora nadie había podido, consiguiendo así que la pequeña estuviera más tranquila y calmada con todo lo que le rodeaba, haciéndonos a todos disfrutar mucho más de su presencia y de una tranquilidad que hacía tiempo estaba olvidada.
Yo le enseñé muchas cosas a la Alissa, al igual que ella también me enseñó a mi mucho más de lo que me imaginaba. Aprendí sobre todo que Alissa necesitaba ser escuchada y comprendida, y ella entendió enseguida que yo quería ayudarle. Encontré el punto medio entre una actitud más estricta y una actitud más tierna para hacer que Alissa aprendiera a comportarse mejor. Con ella yo aprendí valores como la paciencia y el afecto físico con abrazos y juegos de rodar por el suelo, al igual que también me enseño otras formas de decir que te quiere sin la necesidad de usar palabras.
En cuanto a la experiencia en sí de Au Pair, la viví desde un punto de vista muy personal y con tiempo para dedicarlo a mí. En verano tuve tiempo para dedicarme a dibujar, leer, aprender italiano… al mismo tiempo que a salir de vez en cuando tanto con la familia como con amigos. Sin duda, a nivel personal, tuve la oportunidad de conocerme mejor y saber lo que quiero o no hacer con mi vida, ya que el salir de tu rutina y de casa te abre la mente y te hace ver las cosas desde otra perspectiva que tal vez no habrías de otra forma apreciado.
Pasado el verano, me ofrecieron la posibilidad de irme a vivir a Milán con ellos durante al menos este año. Después de meditarlo y hablarlo con mis padres, tomé la decisión de venirme a vivir a Milán (y hasta ahora ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida). Aquí en Milán mi vida empezó de cero, con la misma familia, pero en una ciudad nueva para mí.
A medida que pasaban los meses, poco a poco me fui haciendo a la vida en Milán, con una rutina de estudio, deporte, trabajo y vida social; estuve apuntada a clases de italiano, y ahora ya lo puedo hablar perfectamente. También voy al gimnasio y estoy apuntada a un equipo de fútbol donde tengo algún que otro partido a parte de los entrenamientos semanales. He conocido a muchísima gente y he hecho muchos amigos tanto españoles como italianos, con los que salgo y viajo en mi tiempo libre.
Con respecto a mi rutina como Au Pair con la familia y las nenas mi horario es el siguiente; todas las mañanas me encargo de prepararlas y llevarlas al cole. Después hasta las 4:00 que las recojo tengo tiempo libre para mí. Mi horario por lo tanto es más de tardes, de 4 a 8. Durante este tiempo estoy en la casa con ellas y puedo tanto jugar con ellas o dibujar o ver una peli con la mayor y pasármelo bien. Luego por la tarde-noche puedo o bien quedarme en casa tranquila o salir a tomar algo. Por supuesto, me organizo con los padres para coordinarnos y así ellos también si alguna tarde la quieren libre la tienen. Con respecto a los findes de semana, tengo tanto findes libres como findes en los que les ayudo con la peque, y la mayoría de las veces nos vamos a algún lado de viaje o hacemos cualquier cosa divertida. Cualquier cosa que quiera comentarles o si quisiera hablar de algún tema con respecto a cómo nos organizamos, la familia siempre me da la oportunidad de hablar las cosas y solucionar cualquier problema que pueda surgir, con el fin de estar todos bien y a gusto en convivencia.
Por ahora llevo ya seis meses con mi vida en Milán y con la familia, y puede que se le presente la oportunidad de quedarme un par de años más si tomo la decisión de estudiar aquí bellas artes.
La experiencia Au Pair sin duda me ha cambiado la vida.
La recomiendo muchísimo.
Natalia – Milan – Abríl 2022